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La cámara de vigilancia de un concurrido cibercafé en Wuhan, China, grabó un inusual robo. En medio de la distracción de la gente ocupada jugando a videojuegos, un joven se sentó en un escritorio libre y sacó de su mochila un imán.
Haciendo uso de las fuerzas de la física, el ladrón logró acercar el iPhone de un incauto hasta su posición gracias a la atracción magnética, guardárselo y marcharse. La Policía investiga el suceso.
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